Se estima que 45 millones de estadounidenses están a dieta en un determinado momento, y es probable que cada uno de ellos se haya desviar de su plan, no haya logrado su objetivo o haya tirado la toalla por completo en algún momento.
Pero esto no tiene que ser el fin del camino. Puedes empezar de nuevo cada vez que lo decidas. No es fácil, pero aquí hay algunos consejos para volver a encaminarte en tu plan de pérdida de peso.
No eres una mala persona
Todos cometemos errores o fallamos en algo. La diferencia es lo que haces con el error o el fracaso. Castigarte no resolverá nada, probablemente lo empeorará. Aprender de ello, es la clave para seguir adelante.
No cometas el mismo error dos veces.
Da un paso atrás para encontrar dónde salieron las cosas mal. ¿Cómo un pequeño desliz llevo a otro y a otro y a un eventual descenso hacia una proverbial pendiente resbaladiza? Compruébelo y luego concéntrate en las soluciones.
Si no identificas el problema y haces los ajustes, es probable que te encuentres nuevamente en el principio.
Prepárate
¿Es parte de tu desafío un caótico horario que te lleva a comidas preparadas y refrigerios? Tómate el tiempo para estar preparado. Planea tus comidas para el día siguiente la noche anterior.
O, mejor aún, lee la planificación semanal de las comidas para ver si funcionará para ti. Pasar unas horas un día a la semana preparando tu comida para los próximos siete días puede cambiar las reglas del juego con respecto a lo que comes y en cuánto tiempo tienes cada día.
Es mucho más difícil sacar algo de la máquina expendedora cuando sabes que tienes verduras y salsa convenientemente empacados en tu bolsa de almuerzo. Puedes descubrir que tienes más tiempo para dormir o para hacer ejercicio ya que no tienes que estresarte por las comidas todos los días – cada una te ayudará a alcanzar tus metas.
Cuando se trata de movimiento, hasta el más pequeño ayuda.
¿El ejercicio te desmotiva? Tal vez el gimnasio no sea para ti, pero eso no significa que no puedas agregar más movimiento a tu día.
Estaciona en la parte más lejana de los estacionamientos. Configura una alarma para que levantarte periódicamente de tu escritorio y caminar una o dos veces alrededor de la oficina. ¿Esperando que tus hijos terminen con su práctica? Sal del auto y camina por el estacionamiento. Considera tiempo para devolver llamadas telefónicas mientras caminas alrededor de la cuadra o en una trotadora.
Todos esos pequeños movimientos suman. Y, cuanto más te muevas de pequeñas maneras, es más probable que comiences a moverte en formas más grandes.
Celebra las pequeñas victorias
¿Dijiste no a las donas que un compañero de trabajo trajo, no una vez, sino varias veces al pasar junto a ellas en el día? ¡Eso es un logro! Premia tus pequeñas victorias con algo que no sabotee tus esfuerzos por perder peso. Podrían ser flores, un libro nuevo, un baño de burbujas:…elige. ¡Te lo mereces!
Reconoce que realmente es un camino a seguir
No hay soluciones rápidas cuando se trata de perder peso. Si bien la ciencia es simple– calorías entran versus calorías que salen – la implementación es complicada y diferente para cada persona.
Se necesita un cambio en el enfoque, la mentalidad y el comportamiento: un verdadero cambio en el estilo de vida. Eso no se puede hacer de un día para otro, pero es posible de hacer. Tómate el tiempo para descubrir qué funciona mejor para ti y tu estilo de vida y luego impleméntalo.
